Nos piden propuestas, quienes nunca han tenido propuestas.
Nos piden programas políticos quienes se saltan sistemáticamente sus programas políticos.
Nos pide transparencia quien nunca nos ha contado nada. Quien nunca nos ha preguntado nada.
Nos piden propuestas quienes tienen millones y millones a quienes tenemos carpas y cartones, precariedad y paro, deudas y más deudas.
Nos piden propuestas porque el poder ya no son ellos, el poder somos nosotros y nosotras.
Nos piden propuestas porque tienen prisa, tienen prisa porque tienen miedo.
Pero nosotros y nosotras no tenemos prisa, porque el tiempo ahora ya no es el suyo. El tiempo es nuestro.
Tenemos paciencia porque sabemos que esto va a crecer.
Tenemos paciencia, porque no tenemos miedo.
Los valientes somos quienes nos estamos enfrentando al miedo. Lo hemos sentido al caminar por las calles y las plazas.
Estamos acostumbrados a desafiar al miedo, al paro, a los despidos, a la supervivencia precaria.
Los banqueros y los políticos están sintiendo miedo. No están acostumbrados a ver el poder que viene desde abajo.
Están acostumbrados al egoísmo y no a la cooperación.
Y por eso nos tienen miedo.
Más allá de un acto de desobediencia, esto es un acto de obediencia al corazón.
Miles de personas estamos decidiendo despertar del sueño individual para volver a soñar juntos.
Y después de tanta pesadilla hemos despertado sin miedo.
A esta hora, millones de personas están pendientes de Madrid, ven en nosotros y nosotras el reflejo de sus esperanzas.
Aceptamos el reto.
Esta es la autorización que necesitamos. La que nos conceden millones de personas esperanzadas en que resistamos en esta plaza. A ellas obedecemos y a sus corazones y a ellas les decimos: La mejor muestra de solidaridad con la acampada Sol, es tomar otras plazas.
Tomad las plazas. Os esperamos.
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