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El juez Pablo Ruz al fin se animó esta semana a investigar los papeles de Luis Bárcenas desde la Audiencia Nacional. A estas alturas del cuento, aunque no lo parezca, esta decisión de Ruz es lo mejor que al PP le podía pasar. En la calle Génova deben de estar brindando con champán. ¿Por qué? No se me pierdan, que es un tema importante pero difícil de explicar.
El juez Ruz se ha tomado su tiempo en admitir que esos papeles de Bárcenas tenían su interés judicial. En febrero, el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) le pidió que sumase esos documentos a la instrucción de la Gürtel, de la que se ocupa su juzgado. Ruzse negó. El PSPV presentó un recurso y, a la segunda, Ruz aceptó y este jueves rectificó su propia decisión, algo tan sorprendente como inusual.
¿Qué ha pasado? Dos cosas. La fundamental, que IU presentó el 28 de febrero una querella en la Audiencia Nacional contra los papeles de Bárcenas. Esa querella pasó a manos del juzgado número tres de la Audiencia Nacional, el de Javier Gómez Bermúdez, un juez independiente y nada cómodo para el PP, que ya había abierto diligencias previas. La segunda razón por la que Ruz se desdice es que -tras la llegada de la querella de IU y otras dos querellas más- la fiscalía ha remado a favor de que su juzgado se quede con el caso. «Es la mejor decisión posible», dijo el viernes el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, nombrado por el Gobierno de Rajoy.
No está claro que sea la mejor decisión para los ciudadanos, pero sin duda lo es para el PP. Habría sido mucho peor para el partido incompatible con la corrupción que el caso Bárcenas acabase en manos de Gómez Bermúdez, en vez de en el recargadísimo juzgado número 5, donde Ruz está solo de forma provisional. En septiembre se tendrá que marchar y la plaza se la quedará Miguel Carmona, ahora vocal en el Poder Judicial.Carmona será así el cuarto juez que lleve el caso Gürtel (tras Garzón, Pedreira y Ruz). Con suerte para el PP, cuando Carmona quiera ponerse al día de los más de 700.000 folios del sumario de la Gürtel, algunos delitos habrán prescrito.
Nueva información: http://www.eldiario.es/politica/Batalla-judicial-caso-Barcenas_0_110239261.html
Nueva información: http://www.eldiario.es/politica/Batalla-judicial-caso-Barcenas_0_110239261.html
A pesar de las presiones, el juez Javier Gómez Bermúdez ha decidido seguir adelante con el caso Bárcenas.
Es una buena nueva para los ciudadanos y una pésima noticia para el
Partido Popular. A través de la fiscalía, la mano invisible del Gobierno
había intentado maniobrar para que fuese el sobrecargado juzgado de
Pablo Ruz –un juez interino que en septiembre dejará la Audiencia
Nacional– quien se ocupase de esa querella de IU que tantos dolores de
cabeza da. La jugada, por ahora, les ha salido mal.
Como expliqué el domingo en mi artículo para El Periódico,
Ruz ha ejecutado estos días un regate difícil de justificar. Primero
rechazó investigar los papeles de Bárcenas. Y después –casualmente, tras
la querella de IU ante la Audiencia Nacional– se corrigió a sí mismo
para abrir pieza separada. De ese modo, Ruz bloqueaba el resto de las
querellas que se habían presentado por los papeles de Bárcenas y
paralizaba cualquier otra investigación que no pasase por su juzgado. La
fiscalía apoyó ambas decisiones de Ruz, a pesar de ser contradictorias
entre sí.
Detrás de esta decisión de Ruz se intuye la
mano de un fiscal general del Estado nombrado por el Gobierno y que
estos días, con tanto cambio de criterio, probablemente duerme peor de
lo normal. Por supuesto, el PP habría preferido que el caso Bárcenas
nunca llegase a la Audiencia Nacional. Pero, puestos a elegir la opción
menos mala, la mejor alternativa para los conservadores es que el caso
se quede en el colapsado juzgado número 5 de la Audiencia Nacional,
sepultado bajo los más de 700.000 folios de la Gürtel y bajo la
instrucción de un juez, Pablo Ruz, que está casi de interino y que en
septiembre se irá a una plaza aún por determinar. El próximo destino de
Ruz está pendiente de lo que decida ese CGPJ donde los magistrados
nombrados por el PP suman mayoría. Su carrera judicial dependerá en gran
medida de lo que haga en estos meses que le quedan en la Audiencia
Nacional.
El auto de Gómez Bermúdez es una bomba para
el PP, y no solo porque pelee por la competencia con Ruz. De entrada,
va a citar a declarar a todos los grandes constructores que aparecen en
los papeles de Bárcenas para que expliquen, como imputados, si pagaron
esos donativos y a cambio de qué. Gómez Bermúdez también imputa al
propio Luis Bárcenas y a su antecesor, un hombre decisivo en el partido:
el histórico extesorero Álvaro Lapuerta. Por el momento, deja fuera de
la imputación a otros dirigentes –como Trillo, Rato o Acebes– porque
"resulta prematuro". Pero esto no significa que mañana no los pueda
procesar.
Desde la derecha mediática ya han comenzado a atacar al juez Gómez Bermúdez por su decisión. "Al estilo Garzón" critica Pedro J. Ramírez, claramente disgustado porque la Audiencia Nacional investigue una información que, a su manera,
su propio periódico inició. Los conspiranoides del 11M, que no le
perdonan aquella sentencia sin "agujeros negros", olvidan un detalle
importante: que Gómez Bermúdez podría haberse quedado con la Gürtel sin
necesidad de maniobrar. Cuando pidió plaza en la Audiencia Nacional pudo
elegir juzgado; por puntos, podía haberse quedado con el número 5, que
tenía todos los casos de Baltasar Garzón, pero de forma muy pensada
escogió el 3.
Dudo que la pelea judicial por la
competencia del caso Bárcenas haya terminado ya. La fiscalía ya ha
anunciado que recurrirá este auto; quiere que Ruz recupere el control
sobre la investigación. Sin embargo, Gómez Bermúdez ha dejado claro que
tiene argumentos sólidos para reclamar el caso. La clave está en el
punto 22 de su auto, donde responde al fiscal que su "informe no es
preceptivo y, por lo tanto, tampoco vinculante". Traducido: que más allá
de lo que diga la Fiscalía, es su juzgado "al que le correspondió por
turno de reparto" la querella de IU (punto 1 de su auto) quien tiene que
instruir esta investigación.
Otra de las claves del auto de Gómez Bermúdez
está en los puntos 19 a 21, donde el juez describe al PP como presunto
"beneficiario de las donaciones" "a título lucrativo". Es decir, que
puede ser "afectado por la investigación". El argumento tiene su interés
porque en un juicio no se puede ser al mismo tiempo acusado y
acusación. Y si el PP es acusado, no podrá ser parte de la acusación
popular, como sí está personado en la Gürtel. Por tanto, en contra de lo
que argumenta Ruz, es un caso distinto que no se puede agrupar bajo el
paraguas de la Gürtel. Para desgracia del Partido Popular.
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