Lo pego un poco tarde, pero más vale tarde que nunca... 
a través de: http://www.vnavarro.org/?p=8328
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A raíz de la muerte del 
presidente Chávez de Venezuela, el blog del profesor Navarro presenta de
 nuevo el artículo, escrito por el profesor Navarro el 15 de enero 
último, titulado “La demonización de Chávez”.
Este artículo señala que uno de 
los indicadores de la falta de democracia en los medios de mayor 
difusión es la cobertura tan sesgada y tendenciosa de las políticas 
llevadas a cabo por el gobierno Chávez. La sobreabundancia de voces 
críticas y la práctica inexistencia de voces favorables a tales 
políticas prueban la falta de equilibrio y vocación democrática en los 
mayores medios de difusión de España.
Uno de los indicadores de la escasa 
calidad de la democracia española es la limitadísima diversidad 
ideológica en los medios de mayor difusión en España. El sesgo 
conservador de tales medios –incluso de aquellos que se consideran de 
centro o centroizquierda- es muy acentuado en España. Ni que decir tiene
 que tal sesgo es también característico de gran número de países 
llamados democráticos. Pero el caso de España es extremo. Un ejemplo de 
ello es la cobertura de la política venezolana por los cinco rotativos 
de mayor difusión en el país.
En EEUU, por ejemplo, donde el dominio 
conservador de los medios es también muy acentuado, la cobertura de la 
presidencia Chávez ha sido desequilibrada, dando gran prominencia a las 
voces críticas a tal gobierno. Pero voces menos críticas, e incluso 
favorables a tal gobierno, han aparecido en esos mismos medios. Tal como
 señala Mark Weisbrot (en su reciente artículo en The Guardian) en 
EEUULos Angeles Times, el Boston Globe, el Miami Herald, e incluso el 
conservador The Washington Post, han publicado también artículos 
favorables al gobierno Chávez, aunque la gran mayoría han sido críticos.
 Y en el último fin de semana, The New York Times, en su sección Summary
 of the Week, publicó la visión conservadora neoliberal, representada 
por Moises Naím, junto a la del propio Mark Weisbrot, Director del 
Center for Economic and Policy Research, de Washington, que rebatió los 
datos presentados por Naím, presentando una realidad menos catastrofista
 que la descrita por tal autor.
Pues bien, les invito a que cuenten las 
veces que han aparecido artículos críticos de la presidencia Chávez en 
medios mayoritarios españoles y lo comparen con el número de artículos 
favorables. Y verán que no ha aparecido ni uno. Incluso El País, el 
rotativo que se considera liberal (y que por mera coherencia ideológica 
debería estar abierto a posturas divergentes, incluso críticas de sus 
editoriales), ha publicado las virulentas críticas al gobierno Chávez 
del Sr. Moisés Naím (entre muchos otros artículos como los del 
hiperbólico Mario Vargas Llosa), sin nunca, repito, nunca, publicar un 
artículo favorable a tal gobierno.
Y ahí está uno de los puntos más 
vulnerables y defectuosos de la llamada democracia española: el 
monopolio mediático de los intereses conservadores en el sistema 
informativo español. Y este monopolio supone un coste elevadísimo para 
la democracia española. No sólo impide que la población esté bien 
informada, ofreciéndole un amplio abanico de posturas en sus medios, 
sino que reduce la calidad del debate político, pues las voces 
conservadoras-neoliberales, conocedoras de la ausencia de crítica a sus 
posturas, y dueñas, por lo tanto, de una inmunidad intelectual, dicen y 
sostienen argumentos basados en datos que son fácilmente demostrables 
que son falsos.
Veamos, por ejemplo, la crítica de 
Moisés Naím, que fue, por cierto, uno de los arquitectos de las 
políticas de austeridad en el gobierno de Carlos Andrés Pérez durante el
 periodo 1989-1990, siendo ministro de Industria cuando en 1989 ocurrió 
el Caracazo donde el gobierno disparó contra civiles que protestaban las
 políticas de austeridad, asesinando a más de 3000 venezolanos. Tal 
autor, que en su columna en El País se presenta paradójicamente como el 
gran defensor de los Derechos Humanos, ha sido una voz supercrítica del 
gobierno Chávez, promoviendo las políticas del Departamento de Estado de
 EEUU, lo cual explica su gran visibilidad mediática en los medios 
internacionales sujetos a la hegemonía del gobierno federal de Estados 
Unidos.
En sus últimos escritos, Moisés Naím, ha
 estado promoviendo el punto de vista, también transmitido por el 
gobierno federal de Estados Unidos, de que el gobierno Chávez ha llevado
 a Venezuela al desastre, creando un déficit público que, según él, 
representa el 20% del PIB; estableciendo un sector público hipertrofiado
 que ha ahogado a la economía venezolana; ha generado una deuda pública 
que es diez veces superior a la que existía en 2003; ha creado un 
sistema bancario que está colapsándose; y una industria petrolífera 
nacionalizada (que es la mayor fuente de ingresos al Estado) que está en
 claro declive, y un largo listado de “calamidades”. Como que en España 
no hay ninguna posibilidad de que los medios de mayor difusión publiquen
 análisis críticos de tales aseveraciones, resulta que la población 
queda pésimamente informada y se cree que Venezuela está en una 
situación de crisis y colapso.
Si se hubieran publicado en España, por 
ejemplo, las respuestas de Mark Weisbrot, publicadas en el The New York 
Times y en el The Guardian, se podría haber visto el grado de 
exageración, hipertrofia y falsedades que contenían los datos 
presentados por Moisés Naím, entre otros. Mark Weisbrot es uno de los 
economistas más creíbles en temas económicos internacionales en EEUU. 
Veamos los datos. El déficit público de Venezuela representa, según el 
Fondo Monetario Internacional, no el 20% del PIB, sino el 7,4%. En 
cuanto a la supuesta hipertrofia de la deuda pública en Venezuela, ésta 
representa el 51,3% del PIB, un porcentaje que es menor que el promedio 
de deuda pública de la Unión Europea (82,5% del PIB), y menor del 
objetivo al cual aspira la UE (el 60% del PIB). En cuanto al colapso de 
la industria petrolera, la cota de producción de petróleo es la que los 
países productores de petróleo, la OPEC, han acordado. Y su disminución 
en las exportaciones de petróleo a EEUU responde a una decisión política
 del gobierno Chávez que intenta diversificar sus exportaciones y no 
centrarlas en un número reducido de países. Tal reducción en las 
exportaciones a EUU no tiene nada que ver con ningún colapso, que es 
inexistente, de la industria petrolera venezolana. Semejante 
manipulación y falsedad aparece también cuando Moisés Naím habla de la 
hipertrofia del sector público. En realidad, y tal como muestra Mark 
Weisbrot (del cual extraigo esta información), el porcentaje de empleo 
público en Venezuela es aproximadamente un 18,4% de la población 
empleada, que es inferior al existente en Francia, Finlandia, Dinamarca,
 Suecia y Noruega.
Mark Weisbrot señala también algunos de 
los puntos flacos de la economía venezolana, como es la elevada 
inflación, un problema generalizado en América Latina. Ahora bien, 
incluso en esta situación problemática, el gobierno Chávez ha  podido 
reducir tal inflación del 28,2% al 18%, reducción que ha conseguido a 
pesar de un gran aumento del gasto público y muy en especial del gasto 
público social. Durante los últimos diez años, el gobierno ha aumentado 
tal gasto un 60%, expandiendo considerablemente su muy insuficiente 
Estado el Bienestar venezolano, causa de su gran popularidad entre las 
clases populares. Como bien han documentado los investigadores sociales 
de gran credibilidad internacional, los profesores Carles Muntaner (de 
la Universidad de Toronto), Joan Benach y María Páez Victor (de la 
Universidad Pompeu Fabra), la pobreza ha pasado a ser de un 71% de la 
población en 1996 a un 21% en 2010, siendo especialmente acentuada la 
reducción en la pobreza extrema, que pasó de ser un 40% en 1996 a un 
7,3% en 2010 (ver el artículo “Los logros de Hugo Chávez y la Revolución
 bolivariana”, de Carles Muntaner, Joan Benach y María Páez Victor).
Es, por lo tanto, lógico y predecible 
que Hugo Chávez y el partido que lidera, en unas elecciones democráticas
 (en las que, por cierto, la gran mayoría de medios de mayor difusión 
venezolana, controlados por grupos mediáticos de sensibilidad 
conservadora y neoliberal, estaban en contra), haya ganado 13 de las 14 
elecciones nacionales. Todos estos datos no aparecen en los medios de 
mayor difusión en España, donde maliciosamente se ha demonizado a aquel 
gobierno. Las causas de esta demonización son fáciles de entender. En 
primer lugar, Venezuela es hoy en país del mundo con mayores reservas 
petrolíferas. Los gobiernos estadounidense y europeos que apoyan a 
regímenes feudales en el medio oriente a fin de asegurarse la provisión 
de tal recurso, ahora se oponen a muerte a un gobierno que quiere servir
 a las necesidades de sus clases populares, y que no acepta ser, como lo
 son los regímenes feudales, mero servidor de aquellos intereses 
estadounidenses y europeos.
La segunda causa es que América Latina 
ha estado gobernada durante largos periodos por gobiernos neoliberales 
como al que sirvió Moisés Naím, que expandieron la pobreza de sus 
poblaciones de una manera muy notable. Ello creó una respuesta de 
protesta que conllevó el establecimiento, por medios democráticos, de 
gobiernos reformistas de izquierda, no sólo en Venezuela, sino también 
en Ecuador, Bolivia, Argentina y Uruguay, entre otros (que aparecen como
 las bestias negras), y que elección tras elección continúan siendo 
reelegidos. De ahí la gran adversidad, pues parte de su vocación 
reformadora se basa en romper los monopolios mediáticos que han 
controlado la información en aquel continente. Pero de esto el lector 
español ni se entera. Y a esto le llaman democracia.
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Por si alguien tiene curiosidad, la bbc hizo una descripción del gobierno de Chavez que a mí me parece bastante favorable: http://downloads.bbc.co.uk/ podcasts/worldservice/ globalnews/rss.xml  
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