sábado, 4 de junio de 2011

¿Queremos que la educación sea un negocio?

Copio un e-mail que me han mandado:

Arturo Fernández preside la CEIM —implicada en la financiación ilegal de la campña electoral de 2003 a través de la Fundación Fundescam (delito que no sabemos cómo pero ha prescrito)— y es el principal accionista de Gestión de Centros Educativos GECESA, que ha conseguido más de la mitad de la gestión de los centros educativos de la Comunidad de Madrid.

Arturo Fernández, era un empresario dedicado a la resturación (Grupo Cantoblanco Catering Service) que sin ninguna experiencia en el mundo educativo se ha beneficiado recientemente de un número importantes de las escuelas infantiles de gestión indirecta tras los pliegos de la subasta, además de unos cuantos colegios concertados.

La Consejería tiene la caradura de afirmar algo que todos sabemos que es manifiestamente falso, que "todas las empresas que ganan los concursos públicos tienen amplia experiencia en gestión de escuelas infantiles; presentaron el mejor proyecto económico y el mejor proyecto educativo. Si han ganado es porque la propuesta era la mejor". Pero hagamos un resumen de las virtudes de Arturo Fernández.

Arturo Fernández pertenece al sector más duro de la CEOE, y en estos momentos, tal y como recoge Público, está intentando una reforma laboral más dura que la propuesta. Fernández, presidente también de la Cámara de Comercio madrileña, amigo íntimo de Esperanza Aguirre y conocido por pertenecer al círculo del rey, acaba de presentar un documento de máximos con lo que entienden que debería ser la negociación colectiva.

Entre otras cosas, CEIM reclama la capacidad de "autorregulación" que "ha de residir en la empresa", la apertura de una "vía que permita la modificación de las condiciones establecidas en convenio aunque sea con carácter temporal y aunque no haya acuerdo con la representación legal de los trabajadores" en el caso de que concurran circunstancias que "justifiquen la adopción" de estas medidas (sin especificar cuáles). Además, y sin que guarde relación con la negociación colectiva, vuelven a exigir un contrato único con el despido de 20 días, un contrato de "fomento del empleo" que se satisfaga con el salario mínimo o la extensión a tres años de los contratos de prácticas. CEIM tampoco quiere seguir pagando los primeros 15 días de baja médica, que cree que debe costear el Estado.

En mano de Arturo Fernández están nuestros centros educativos. Demos gracias a los ciudadanos madrileños por legitimar el gobierno de Esperanza Aguirre, y hacer que el centro y la izquierda estén más debilitados que nunca.

http://www.publico.es/dinero/379252/los-convenios-saltan-por-los-aires-con-las-nuevas-exigencias-de-la-ceoe

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