La crisis se presenta como la excusa perfecta para seguir recortando gastos en educación, para seguir privatizando y destruyendo la escuela de titularidad pública, para seguir desprestigiando a su profesorado y potenciando una enseñanza que no eduque, que solamente instruya, para seguir destruyendo su calidad porque lo único que importa son los resultados de los excelentes, dejando en la cuneta a los que tienen más dificultades en el aprendizaje. Son los nadie de los que el sistema tiene claro que son los deshechos humanos que hay que tirar a la basura.
Queremos denunciar cada uno de los ataques que está sufriendo la escuela pública desde hace tiempo hasta ahora (subvenciones a programa refuerza en detrimento de PROA, desvío de fondos a la concertada, contratación de personal laboral bilingüe como tutores en centros públicos, clases de apoyo por fundaciones y ONG que se ofertan a centros públicos, creación de centros de excelencia, segregación del alumnado, centros de gestiones indirectas, eliminación de tutorías, reducción en planes de atención a la diversidad, sangría constante en la destrucción de puestos de trabajo público...). Todas las medidas que se están tomando van en contra del derecho a la educación y son anticonstitucionales y antiéticas. Por eso las movilizaciones actuales van más allá de una lucha corporativa en defensa del profesorado. Se trata del ataque a la escuela pública y a lo público, a lo común y a lo colectivo. Y es un problema social que nos compete a todos los ciudadanos.
¿Cómo podemos aprovechar este ataque frontal a la educación para tomar todos conciencia del significado profundo del mismo?. Esta es la pregunta que nos hacemos en los MRP de Madrid ante esta situación de abuso de poder que tiene como objetivo aniquilar la escuela de todos, la escuela de los pobres y de los ricos, de las diferentes clases y estratos sociales, de la ciudad y los pueblos, de los barrios céntricos y de la periferia, la escuela de los nativos y de los inmigrantes, de los creyentes y de los ateos, de los más listos y de los menos listos, la escuela que incluye a todos y los enseña a convivir y a respetarse, la escuela de superior calidad humana y científica porque en ella están todos y ofrece a todos la posibilidad de ser sujetos con los demás.
Es una ataque a la calidad de la educación y sobre todo a los más débiles. Se trata de alejar a la clase media de la escuela pública, sus hijos no deben contaminarse con los hijos de la clase baja, de los inmigrantes, de los nadie.
Para ello hay que mantener a raya al profesorado utilizando con ellos la doble moral del autoritarismo: por un lado defenderlos como figura de autoridad y por otro llamándoles “vagos” e irresponsables porque trabajan poco. Nos pretenden engañar y hacer ver a todos que este es un problema corporativo donde el profesorado no quiere trabajar más y no quiere ser solidario para salir de la crisis, como si ellos fueran los culpable de la misma. Y tienen los medios de comunicación a su servicio manipulando en ese sentido.
El problema está claro: se ataca un modelo de educación, muy minoritario por cierto, que no quieren que se desarrolle de ninguna manera. Un modelo que eduque críticamente, que apasione por el conocimiento, que prepare para la vida, para un querer vivir diferente al que nos impone este sistema que nos hacer esclavos del consumo y del tener en el individualismo y la insolidaridad.
¿Tomaremos conciencia los profesores del papel que quieren que cumplamos al servicio de sus intereses?, ¿Aprenderemos a discernir que lo que les interesa es un modelo educativo puramente instructivo donde los alumnos no aprendan a pensar y a saber qué sucede con sus vidas y con las vidas de los demás en un sistema que les anula y nos anula como personas y como profesionales?
Es una oportunidad para fomentar la reflexión en común en el seno de los claustros, con los padres y en las clases con el alumnado. Para seguir avanzando en el compromiso ético con nuestro alumnado y con el modelo de escuela pública que promovemos.
Es importante tomar conciencia de que son las comunidades educativas las que han de tomar los centros y hacer de ellos un foro de diálogo permanente sobre educación y de toma de decisiones que rompan con el modelo dominante y sus políticas educativas mercantilistas. Es necesario que debatamos y clarifiquemos lo más posible qué escuela pública queremos y el deber que tiene de hacer eficaz el derecho a la educación de todos y para todos. Esta es seguramente la tarea central a medio y largo plazo.
Ahora nos parece que es un momento en que todos debemos hacer un esfuerzo por encontrarnos en la defensa de la escuela pública y del derecho de todos a una educación de calidad. Unirnos en la denuncia de las políticas mercantilistas y privatizadoras de la Comunidad de Madrid. Construir juntos, más allá de nuestras propias organizaciones, a medio y largo plazo un movimiento amplio de reflexión-acción de los temas de fondo: qué modelo educativo y de escuela pública queremos construir entre todos y caminar juntos en su construcción.
Por todo ello los MRP de Madrid apoyamos las movilizaciones planteadas desde el mes de julio y en adelante. Es importante dar una respuesta unitaria, contundente, firme y sostenida de todos los que formamos parte del sistema educativo público.
En este sentido entendemos que las movilizaciones deben incluir siempre a TODAS LAS ETAPAS EDUCATIVAS, y a toda la enseñanza no universitaria. El ataque es mucho más global que las instrucciones de secundaria: están privatizando la escuela que es de todos. Consideramos imprescindible que enfoquemos nuestra lucha de forma unitaria, porque parcelar NOS DEBILITA.
Secundemos las movilizaciones que nos incluyen a todos.
NOS JUGAMOS MUCHO, NOS JUGAMOS EL FUTURO DE LA ESCUELA QUE ES DE TODOS, LA ESCUELA PÚBLICA.
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