No paran de pasar cosas, así que aquí algo de información sobre la privatización de la sanidad.
http://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/imbatible-dani-mateo/privatizar-sanidad-publica-sale-mas-barato_2012112700273.html
Y para quien no lo sepa, piden que se cuelguen sábanas blncas de la ventana para mostrar el apoyo al mantenimiento de una sanidad pública, universal y de calidad.
Por primera vez en años, los profesionales de la sanidad pública madrileña estamos en huelga indefinida.
Desde el principio de la crisis hemos visto sustanciosamente mermado
nuestro poder adquisitivo. Se han perdido muchos cientos de euros de las
nóminas de cada mes, se retribuyen las guardias de los sábados como si
fuesen de días laborables, se retiraron pagas extras, se suprimieron
puestos de guardias, se dejó de radicalmente contratar, se amortizaron
todos los puestos vacantes por jubilaciones y traslados, se dejaron de
renovar contratos eventuales...
Nada de ello fue
suficiente para que lleváramos a cabo ninguna clase de protesta
corporativa. Los nuevos modelos de hospitales de gestión mixta fueron
vistos con agrado por unos y con disgusto por otros. Muchos
profesionales sanitarios han comprendido, defendido y colaborado con la
necesidad de introducir cambios en el sistema sanitario en pro del
ahorro responsable y de la sostenibilidad.
Sin embargo,
la cesión de áreas enteras de salud con las decenas de miles de
asegurados que las habitan a hospitales enteramente privados (Fundación
Jiménez Díaz, el futuro de Collado-Villalba) y la privatización de la
gestión de seis hospitales públicos y de una porción de la asistencia
primaria que gobierno regional se dispuso a implantar desde finales de
octubre han sido drásticamente rechazadas por todo el todo el colectivo
sanitario en bloque. Se ve en ellas no una vía sensata y sacrificada
hacia el uso eficiente de los recursos, sino un paso equivocado y
difícilmente reversible que redundará en una sanidad peor para todos los
ciudadanos de Madrid, transfiriendo decisiones de pura salud pública y
asistencia médica a proveedores privados de servicios sanitarios,
algunos de los cuales no son mas que ramas de inversión pertenecientes a
multinacionales de capital-riesgo con intereses que van desde fondos de
inversión hasta firmas de moda o empresas de telecomunicaciones.
Sabemos que la sanidad seguirá siendo pública, en el sentido de (casi)
universal y (casi) gratuita. Muchos aceptan que la transferencia a la
iniciativa privada de aspectos concretos de la sanidad, como archivos,
procesos informáticos o pruebas diagnósticas concretas, pueden mejorar
la eficiencia del sistema. No a todos repugna que el sistema sanitario
público sea compatible con oportunidades de negocio en áreas bien
delimitadas y supervisadas. Pero el sentir común es que el núcleo duro
del sistema de salud debe permanecer bajo un control público estricto.
Este núcleo incluye decisiones tan trascendentales como qué
profesionales se contratan, qué cualificación se les exige, cómo se les
retribuye, qué incentivos se les aplican, qué medicamentos se adquieren,
cómo se mantienen los equipos diagnósticos, qué criterios de ingreso y
de alta se emplean, qué tratamientos se consideran adecuados y cuáles no
se financian, entre otras muchas. Tememos que la necesidad de que el
sistema no solo no sea excesivamente deficitario, sino francamente
lucrativo, acabe por anteponer los criterios económicos a los del
bienestar de los pacientes, trocando una sanidad universal, gratuita y
de calidad por otra, sencillamente universal y gratuita.
La huelga nos duele tanto como a los pacientes que dejamos de atender.
Nos desvivimos por minimizar el impacto. Pero no se ha tomado esta
actitud en todos los hospitales y centros de salud porque reclamemos más
retribución, contratos más estable o más personal. Radica en el
convencimiento de que las medidas que el gobierno regional se dispone a
implantar al abrigo de la necesidad de hacer sostenible el sistema
desembocarán, sin casi posibilidad de remedio futuro, en una sanidad
pública incapaz de proveer la mejor atención médica posible y, en último
término, en un desequilibrio de salud entre los que más dinero tienen y
los que menos.
SI QUIERES PONER TU GRANO DE ARENA Y
MANIFESTAR TU DISCONFORMIDAD CON LAS MEDIDAS SANITARIAS PROPUESTAS POR
EL GOBIERNO REGIONAL DE MADRID, CUELGA UNA SÁBANA BLANCA DE TU VENTANA.
LAS FACHADAS DE MADRID CUBIERTAS DE BLANCO MOSTRARÁN A LOS
ADMINISTRADORES SANITARIOS Y A TODA LA CIUDAD LA DISCONFORMIDAD CON LA
PRIVATIZACIÓN DEL NÚCLEO DE LA SANIDAD PÚBLICA.
SI ESTÁS DE ACUERDO, POR FAVOR, REDIFUNDE ESTE MENSAJE ENTRE TUS CONTACTOS DE MADRID.
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